
Otro método muy conocido a la hora de descorchar un espumoso es el sabrage o sableado. Según dicen los historiadores, este método nació en el 1800 entre las tropas napoleónicas y fue el mismo emperador francés quien inmortalizó una de las frases más populares sobre el Champagne:
"En la victoria lo merecemos y en la derrota lo necesitamos".
Para realizarlo, el sable se desliza por el cuerpo de la botella hacia la boca. La fuerza de la hoja que golpea el gollete rompe el vidrio, separando la parte superior del cuello del resto de la botella. Como resultado, el corcho y la corona permanecen juntos después de la ruptura del cuello.